Durante este año he tenido la oportunidad de entrevistar a empresarios como parte de mi investigación para el libro que estoy escribiendo y además como coach he tenido la oportunidad de conversar con clientes e interesados y no deja de sorprenderme la recurrencia con la que escucho la misma frase independientemente del campo en que se desempeñan: “NO TENGO TIEMPO”.
Esa frase es la prisión que aqueja a la mayoría de los empresarios y gerentes con quienes he trabajado y tras conversaciones con muchos colegas coaches me comentan que usualmente se encuentran con lo mismo.
“NO TENGO TIEMPO” (o sus variables como “no me alcanza el tiempo”, “desearía tener más tiempo para…”, “dejémoslo para el otro ___ (año, mes, semestre, etc) porque necesito terminar unos proyectos; entre otras) no es más que una excusa común que ha venido a disimular muy bien la realidad de que algo no se ha estado haciendo de la mejor manera en el manejo de sus prioridades.
No digo con esto que la situación sea intencional pero desafortunadamente la falta de conciencia al respecto hace que usualmente los mismos que se quejan de “no tener tiempo” sean quienes desarrollan su día en torno a la agenda de otros y no a la suya propia.
La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más. (Sören Aabye Kierkegaard)
Hay prisiones con barrotes como la foto de Alcatraz que utilicé en este post y aún de esa han escapado pero la mayoría de personas permanecen presas en la prisión de su mente y convierten frases como “no tengo tiempo” en una creencia que mientras más la repiten no sólo la hacen más fuerte sino que la replican en otras personas a su alrededor. Esa y otras frases son los barrotes de su prisión mental.
No digo que yo sea un iluminado que ya no sufre de este mal; de hecho cuando trabajaba como gerente era uno de mis principales mantras pero lo que sí puedo decir es que si bien aún de vez en cuando tiendo a caer en esa trampa, la gran diferencia ahora es que cada vez me es más fácil hacerme consciente de que esa frase más que una realidad es un reflejo de mis pensamientos basado en la pobre toma de decisión que he hecho en torno a las prioridades de mi día.
Esto es bueno porque cada vez que soy consciente de ello puedo entonces hacer una pausa y replantear mis prioridades porque lo cierto es que aquello que usted utiliza como excusa para dejar de lado otras actividades alegando que es extremadamente importante, de igual forma podría completarlo o adelantarlo sin sacrificar otras áreas importantes si tan sólo definiera muy bien sus prioridades, utilizara un calendario y aprendiera a delegar (otro de los grandes “gremlins” de los empresarios y gerentes).
y por ende, todos vivimos en un mundo diferente. Es por ello que “la realidad” que ven mis clientes, para ellos es cierta, pero para mí como su coach, es una realidad relativa. Dentro de su mundo, para ellos es imposible tomar un par de horas en el día para hacer ejercicios o practicar ese deporte que le apasiona porque “el negocio me necesita“; o es imposible asistir a la presentación de su hijo porque tiene un día cargado de reuniones importantes; yo en cambio, viendo el cuadro completo “desde afuera” puedo visualizar cómo en su día a día han creado una serie de trampas que no les dejan ver otra realidad.
Sin embargo, otros clientes disfrutan de una vida totalmente balanceada e integral asignando tiempo para sus áreas más importantes como lo son su salud, su familia, su espiritualidad, su negocio y finanzas e incluso su entretenimiento.
Para ilustrarlo con un ejemplo, recientemente entrevisté a un empresario en el campo financiero con una empresa nacional que factura más del millón de dólares anuales. El nivel de compromiso de esta persona tanto a nivel nacional como internacional es sumamente elevado; y sin embargo, a pesar de viajes e incontables reuniones, él habitualmente tiene espacio para integrar su disciplina deportiva la cual practica desde hace unos veinte años, comparte intencionalmente con su familia, lee una cantidad impresionante de libros al año, atiende a conciencia en conversaciones uno-a-uno a sus colaboradores y usualmente llega a casa para la hora de la cena. Claro está que no siempre logra mantener ese equilibrio pero cuando no lo hace es una excepción y no la regla.
De igual forma entrevisté a otro empresario nacional dueño de una empresa de tecnología con un nivel de facturación similar. En este caso, la disciplina deportiva que le apasiona la tenía abandonada desde hace muchos meses; su horario de llegada a casa es variable pero nunca temprano y sus fines de semana “no le alcanzan” por el sin fin de tareas que necesita realizar con su esposa y familia dejándolo “sin tiempo ” para leer, hacer ejercicio o simplemente asignarse un espacio para conectar consigo mismo.
¿Qué marca la diferencia entre uno y otro?
Con una respuesta muy simple pero poderosa debo decir que el pensamiento. Uno de ellos no sólo cree que puede hacerlo sino que es consciente de la importancia y el valor de hacerlo. El otro no ve posible lograrlo y aunque verbalmente indica que es importante, lo cierto es que sus acciones demuestran que su corazón está en mantenerse ocupado y se ha programado de tal forma que utiliza su emprendimiento como la excusa perfecta para decir que este es el momento de sacrificarse pero que más adelante cuando las cosas estén mejor entonces se va a dedicar a compensar por esas cosas “importantes”.
Con ese pensamiento hay al menos dos “problemas”:
- “Cuando las cosas estén mejor” nunca va a llegar si no se ha dado cuenta que ya están bien de la forma en que está.
- Nada, absolutamente nada ni nadie nos puede garantizar que mañana estaremos vivos y si HOY no ponemos nuestro corazón e intención en las cosas realmente importantes, eventualmente mañana será demasiado tarde.
De una manera u otra todos vivimos en una prisión pero la gran diferencia la marca nuestro nivel de consciencia y este se desarrolla mirando hacia adentro en vez de hacia afuera.
El cambio que deseas que suceda para poder disponer del tiempo que anhelas no es algo que debe suceder afuera; es algo que nace desde dentro de nosotros y que a partir de ahí lo proyectamos al mundo. Esto es lo que mi mentor Michael Neill llama “Inside-Out Revolution” (Una Revolución desde adentro hacia afuera).
Quienes logran comprender esto desde un nivel de consciencia más elevado son quienes hacen lo que esté a su alcance para aplicar los siguientes pasos que pueden llevarte a dejar de vivir con la excusa de “no tengo tiempo“:
- Elaborar una lista de todas las actividades que debo realizar durante el día -incluyendo sacar la basura 🙂
- Aplicar el concepto de Pareto (80/20) a esa lista de actividades y definir cuál es ese 20% que genera el 80% de resultados. Ese 20% debe ser algo que definitivamente sólo usted pueda realizar.
- Elaborar un pequeño plan diario que incluya los 5 proyectos más importantes del día y asignarle 3 acciones a realizar en cada uno de ellos. Estos proyectos pueden incluir ir al gimnasio, asignar un tiempo para pensamiento estratégico o llevar a su pareja al teatro. De esas 15 acciones, seleccionar el 20% más crítico y “no-negociable” del día.
- Crear un plan de sucesión (si no existe aún en su empresa) y definir cuáles son los proyectos/acciones que necesito delegar para dedicarme a mi 20% de pareto.
Si sientes que la frase “no tengo tiempo” (o alguna de sus variables) te identifica, te recomiendo que comiences a tomar un tiempo para analizar tus prioridades. No hay trabajo ni empresa que valga más que la salud y el tiempo de familia.
Si desea explorar opciones para vivir una vida más integral sin dejar de lado el nivel de éxito que ha logrado hasta ahora (o incluso mejorarlo) no dude en contactarme. Para mí será un placer escucharle y ayudarle a determinar un correcto plan de acción para dejar de vivir con esa excusa que solamente está logrando poner un techo en su potencial de vida.
Oportunidades de Crecimiento:
Actualmente trabajo con empresarios y líderes que están hambrientos por crecer personal y profesionalmente y que además están dispuestos a tomar riesgos para alcanzar su próximo nivel de éxito. También me desempeño como Coach de Coaches que están determinados a crear un negocio exitoso sirviendo a sus clientes de forma poderosa.
De momento ofrezco las siguiente opciones para trabajar conmigo:
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