Diversas situaciones y conversaciones recientemente me han hecho pensar mucho acerca de nuestros modelos de educación, las necesidades laborales y sobre nuestra realización personal.
No sería raro que mientras más lo piense más me enrede, pero hay algo que cada día me cuestiono más y es con relación al sistema educativo y el impacto que éste tiene en el desarrollo de nuestras fortalezas, nuestros dones y nuestra realización. Con el debido respeto, mientras más lo pienso y mientras más converso con clientes que me buscan para ser su Coach, más me cuestionó si ¿será que lo estamos haciendo al revés?

Será que lo estamos haciendo mal? Será que en algo nos hemos estado equivocando estos últimos años o que simplemente no supimos llevarle el ritmo a este mundo cambiante en el que vivimos?
No me malinterpretes, yo creo que el estudio es necesario y por supuesto sumamente importante pero, mi profesión hoy día me permite conocer personas quienes después de terminar sus estudios universitarios o hasta siendo Ejecutivos de compañías buscan tener un Coach que les ayude a descifrar “eso” que quieren hacer con sus vidas; buscan ayuda para terminar de convencerse acerca de lo que realmente quieren hacer en su futuro.
El problema es que no es una o dos o cinco personas; un reciente estudio hecho en la revista FORBES revela que alrededor de un 80% de Ejecutivos de compañías están interesados en tener un Coach externo que les ayude a resolver no solo situaciones laborales sino también ese sentimiento de indecisión con respecto a lo que hacen versus lo que realmente desearían estar haciendo.

Es por estas razones que me cuestiono, por qué no estamos logrando que un estudiante sepa no solo reconocer y también valorar sus fortalezas y su vocación antes de decidir si continúa sus estudios en un Colegio Técnico Vocacional? o la misma Universidad? Lo digo porque son muchísimos los casos que hoy día van a visitar los colegios y ven las diferentes ofertas para terminar eligiendo una “profesión” casi que al azar porque cuando les preguntas por qué decidieron tomar dicha profesión, normalmente no te saben responder y frecuentemente terminan diciendo algo como: “es la que vi más chiva” o de repente: “dicen que es de las que paga más en la calle”. Lo triste es que esto pasa hoy, y a mí personalmente me pasó hace unos 20 años… Dos décadas han pasado desde que tuve que elegir profesión en el “Voca” para años después darme cuenta que fue un error; un error porque fue hasta mucho después que puede aprender y entender que mi realización no estaba en ser electricista.
Con este sistema de creencias estamos logrando que talentos importantes estén tomando las decisiones equivocadas.
Por otro lado, hoy podríamos tener un excelente artista con la intención de estudiar artes y perfectamente el sistema podría estar rechazándolo para que estudie dicha profesión porque sus calificaciones de matemáticas no son buenas y entonces “no le da el promedio”.
Podría seguir con muchos ejemplos más pero no es la idea de este post; simplemente continúo cuestionándome…¿Será que no nos hemos puesto al corriente de la realidad mundial y nos hemos quedado estancados en un sistema de educación que sí funcionó hace muchos años pero que se nos está quedando obsoleto?
¿Será que lo estamos haciendo al revés? y necesitamos comenzar a enseñarle a nuestros niños y jóvenes a reconocer sus dones, sus talentos, sus fortalezas y a aprender a ser líderes de sí mismos para que tengan un mejor fundamento para tomar sus decisiones?
Los dejo con esto: La palabra Educación viene del Latino “Educo” la cual significa “sacar fuera”. Tan solo esta definición me deja a mí indicios de que algo se está haciendo mal porque en las escuelas, colegios y hasta en muchas universidades, el sistema lo que hace es verter información pero muy poco desarrollar las habilidades para que sea el estudiante quien saque desde adentro sus propias respuestas. Esto es precisamente lo que logra el Coaching y es lo que tantas personas alrededor del mundo están buscando como un camino para ser felices y encontrar su realización.
Yo te pregunto ahora, ¿y tú…sabes para que eres bueno?, ¿conoces tus fortalezas?, ¿trabajas en ellas y con ellas? ¿Estás multiplicando tus talentos?
Si no es así, nunca es tarde para comenzar; comienza a trabajar en ello. No dejes que pasen otros 10 o 20 años antes de darte cuenta que no eres feliz en lo que haces. Tu puedes comenzar a cambiar eso ya y puedes ayudar también a las nuevas generaciones para que aprendan a identificar sus talentos y perseguir sus sueños antes de tomar decisiones equivocadas.
Cuéntame, tu que opinas?

*Imágen tomada de: http://www.radioesperanza.com/

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