Usted probablemente sepa que el libro más importante que se ha escrito sobre liderazgo es el libro titulado “Las 21 Leyes Irrefutables del Liderazgo”; mismo que fue escrito por mi principal mentor; el Dr. John C. Maxwell.
Este libro es toda una enciclopedia de enseñanzas muy bien llamadas “leyes” pues en efecto, el pasar del tiempo ha demostrado que se mantienen tan efectivas hoy cómo lo eran cuando se publicó el libro en 1998.
¿Por qué les hablo de este libro? Bueno, porque en él se encuentra una ley llamada “La Ley del Sacrificio” y ésta básicamente significa estar dispuestos a intercambiar algo de valor que usted posee para ganar algo de más valor que no tiene.
Permítame y discúlpeme que hoy le ilustre esta ley con un ejemplo personal pero creo que es un buen ejemplo para mostrarle cómo el aplicar esta ley significó para mí un cambio radical en mi vida.
Durante muchos años laboré en posiciones de liderazgo en dos importantes compañías multinacionales ubicadas en Costa Rica, mi país natal. Hubo muchos momentos en que mi posición no venía acompañada de una capacitación adecuada para desempeñarme de la mejor manera (¿le suena conocido?); sin embargo, el ímpetu y las ganas de crecer dentro de la compañía tanto como el aprendizaje de muchos errores me ayudaron a ir mejorando mis habilidades y con ello resultados en mis equipos. El caso es que, por mucho tiempo me mantuve esperando que fuese la compañía para quien laboraba la que bondadosamente me invitara a atender algún curso de liderazgo o crecimiento personal para mejorar mis habilidades. Cada vez que tuve la oportunidad por supuesto que no perdí detalle y saqué provecho de cada curso y seminario; sin embargo, no era suficiente para las metas que yo tenía en mente.
Como podrá ir notando, a ese momento no estaba aplicando a mi vida la ley del sacrificio pues no estaba dispuesto; es más, ni siquiera consideraba entonces, invertir mi propio dinero ni tiempo en capacitaciones que estuvieran alineadas con mi sueño y mis metas. En aquel entonces debo reconocer que ni siquiera invertía tiempo en mi crecimiento y desarrollo pues las horas que hoy invierto en lectura, en ese entonces las dedicaba a programas de televisión que no aportaban absolutamente nada más que la sub-utilización de neuronas.
Un buen día comprendí que si yo no era intencional en mi propio desarrollo y crecimiento como líder, mi situación no iba a cambiar. Fue entonces cuando tomé decisiones e intercambié mi estabilidad económica, tiempo, recursos y hasta espacios de ocio para obtener algo que no tenía…una formación que me ayudara no solo a mejorar aún más mis resultados como gerente; sino también a perseguir mi sueño. Crecer requiere sacrificio!
“En el liderazgo, el sacrificio es un proceso continuo, no temporal” – John Maxwell
La historia nos ha enseñado que esto es una verdad; basta con estudiar grandes líderes como Marthin Luther King Jr, Mandela o Ghandi para comprender que cuanto más alto el nivel de liderazgo, mayor es también el nivel de sacrificio que se requiere; en algunos casos hasta la vida misma.
Ahora las preguntas son: ¿Cuánto está usted dispuesto/a a sacrificar para alcanzar su propósito?; ¿Está usted confrontando sus voces internas que le dicen que no invierta en ese curso o que le invita a ver TV en vez de leer un libro?
¿Está usted dispuesto/a a recortar sus horas de sueño mientras invierte en su crecimiento?
En el camino al éxito no existen atajos; el camino muchas veces es quebrado, de piedras y cuesta arriba…por eso es que el éxito no llega a todos. ¿Está usted dispuesto/a a ceder para crecer? y una vez allí, ¿está dispuesto/a a ceder para mantenerse?