¿Por qué todo líder debe ver la película Burnt?

 

En mis primeros años de liderazgo cometí muchos errores (incluso me costó un “golpe de estado” a mi función de coordinador de Proclamadores de la Palabra en la Iglesia…pero esa historia se las cuento otro día)

El caso es que esta película ilustra muy bien algunos errores que hoy día siguen cometiendo muchos líderes (tanto Junior como Senior) y aquí le comparto cinco razones por las que le recomiendo verla:

El liderazgo es una habilidad que se puede desarrollar y esta habilidad surge desde adentro; primero en nosotros para luego poder compartirla con los demás. Tomar malas decisiones en la forma que dirijo/lidero mi vida tiene serias repercusiones en mis resultados profesionales a futuro. Muchos líderes tanto jóvenes como experimentados caen muy fácilmente en este error y su falta de liderazgo personal (o auto-liderazgo) les provoca serios problemas que aún sin quererlo repercuten en sus resultados profesionales. Veamos por ejemplo un líder que tenga problemas para controlar alguna adicción o incluso su propia Inteligencia Emocional y fácilmente le gana la ira sobre la razón; este líder tendrá serios problemas para inspirar con el ejemplo y conforme su condición continúe, irá perdiendo la confianza de sus colaboradores y allegados. Recordemos que el liderazgo se basa en la confianza y las personas requieren de un modelo a seguir para considerar si depositan su confianza en ellos. Esto afectará su reputación como líder y a futuro podría afectarle negativamente.

Sabemos que existen varios modos de liderazgo y en determinados momentos todos son importantes y hasta necesarios; sin embargo, aquí se aprecia desde la perspectiva de los colaboradores su reacción hacia ambos tipos de liderazgo. El secreto está en saber cuándo utilizar el estilo de liderazgo correcto y además, aún si se requiere utilizar el estilo autoritario, recordar que esto no implica el convertirse en un déspota invulnerable. El estilo autoritario es funcional cuando se está creando un nuevo equipo sin experiencia y que necesita ser dirigido; resulta útil pues es es un estilo muy orientado a los resultados; sin embargo, en el caso de contar con personas de experiencia se puede tornar conflictivo. Por otro lado, el estilo de liderazgo de servicio propicia la harmonía en el equipo y la creatividad de sus miembros; potencia la inteligencia colectiva y el líder se integra como uno más del equipo sin buscar satisfacer su ego. Esta película muestra de una forma maravillosa los resultados y la cohesión de equipo que se puede lograr cuando el líder sabe reconocer el potencial de sus colaboradores, aprende a delegar con autoridad y acepta construir entre todos.

Delegar es en muchos casos uno de los principales temores de los líderes; se rehúsan a hacerlo porque no sienten la suficiente confianza para otorgarle a otros la autoridad para ejecutar. Muchos se quieren “auto-engañar” alegando que sí delegan pero se niegan a aceptar que asignar tareas sin otorgar poder de decisión NO es delegar.

No es de extrañarse que les sea tan difícil delegar tareas si antes no han hecho el ejercicio propio de capacitar (o mejor aún “Equipar”) a sus colaboradores de manera que ambos se sientan listos y hayan desarrollado la confianza para saber que las tareas en manos de otros saldrán igual o mejor que con ellos mismos. Cuando esto no sucede es similar al restaurante que tiene un excelente Chef pero que que si él no está, la calidad del servicio se degrada (como inicialmente sucede en la película). Cuando el chef acepta la importancia de instruir a otros y decide confiar, no solo potencia a sus colaboradores sino que también comienza a generar espacios para innovar y llevar su cocina a otro nivel. De igual forma sucede con los líderes; estudios revelan que alrededor de un 80% de los mandos medios indican no tener tiempo para pensar a futuro pues apenas pueden con su agenda diaria.

Es emocionante ver en la película cómo al principio, el fin en mente (obtener tres estrellas Michellin) se vuelve todo un infierno; y sin embargo, cuando las cosas cambian o mejor dicho, cuando el líder cambia su actitud y se esmera por desarrollar un equipo, la perspectiva de alcanzar la meta cambia. El objetivo sigue siendo el mismo pero la unión de equipo marca la diferencia. Estoy seguro que esto no es nuevo para usted pero hasta en los equipos deportivos de alto rendimiento es conocido que la unión de grupo marca la diferencia. Tomemos como ejemplo el ciclismo; puede haber un favorito para la competencia; sin embargo, ese “favorito” no podría llegar a obtener el triunfo sin la unión de grupo. En las empresas no es diferente para nada; las características son las mismas y la necesidad es igual de elevada. Mucho se ha hablado de crear equipos y sin embargo, grandes y pequeñas organizaciones siguen luchando entre la necesidad de demostrar poder de los líderes y el individualismo de los miembros del grupo. Hasta tanto el líder no cede y lleve su liderazgo a un estilo que ponga sus habilidades y posibilidades al servicio de sus colaboradores; estos no terminarán de otorgarle la tan preciada confianza, la cual es la base y fundamento de un buen equipo. Una vez más, está en sus manos como líder lograr esa cohesión que no significa vivir “en un cuento de hadas” y pensar que todo es de maravilla; sino mas bien aceptar las diferencias y aprender a utilizarlas para el bien común de todo el grupo; en esto el líder es el primero de quien se espera dar el ejemplo.

En el punto tres mencioné que al principio, la obsesión por conseguir la meta y la falta de un verdadero equipo convirtieron el escenario en un infierno (¿no le suena conocido?). Lo cierto es que trabajar bajo la obsesión de alcanzar un objetivo se roba la parte más importante de la meta…disfrutar del camino.

Cuando se logra aprender a desprenderse del resultado y simplemente se trabaja dando lo mejor de sí en cada cosa que hace; encontrará mayor gusto a su día, apreciará cada minuto junto a sus colaboradores y verá que el resultado final se vuelve secundario ante el gran regalo de disfrutar lo que hace. En la película una psicóloga le pregunta al chef que pasaría si no logra obtener su soñado reconocimiento con las tres estrellas Michellin a lo cual él contesta cosas nefastas que ella traduce en una sola palabra: “muerte”. Déjame preguntarte algo: Si pasaras largos años tratando de alcanzar eso que tanto deseas como líder y al final cuando lo vas a recibir te dieras cuenta que para obtenerlo deberás perder memoria de todo lo que hiciste para llegar a ello, ¿qué escogerías? ¿El premio que tanto buscaste o quedarte con los recuerdos, momentos y aprendizajes? Es muy triste encontrar personas frustradas corriendo en un laberinto, luchando por ganarle al compañero que tiene a la par y dejando pasar el tiempo enfocado únicamente en alcanzar un aumento o una promoción a cambio de ser feliz en lo que hace y disfrutar el tiempo junto a sus amigos y seres queridos. Aprender a desprenderse no significa dejar de lado las metas; es simplemente dejar de lado el ego y prestar más atención a las oportunidades de ayudar a otros a ser mejores pues como lo dijo Zig Ziglar: “Si tan solo ayudas a otros a obtener lo que desean, ellos te ayudarán a ti a obtener lo que tú quieres”.

Liderar es una oportunidad fascinante de comenzar a hacer algo por otros sin esperar a que llegue el retiro para buscar una causa en la cual hacer un impacto. La oportunidad del impacto la tienes ahora; la decisión de aprovecharla es tuya.

Si ya viste la película, ¿encontraste alguna otra razón que yo no anoté? Compártela con nosotros.
Y si no la has visto, ¿qué te parecen estos cinco puntos? ¿Los estás aplicando en tu liderazgo?

Espero tus comentarios!