Bien se dice que detrás de cada fracaso hay un temor oculto.
Los temores son precisamente los principales causantes de nuestras barreras limitantes.
Independientemente de la razón por la que hayan sido infundados, los temores nos impiden disfrutar de grandes éxitos en la vida.
Una persona con temor a las alturas posiblemente se ha privado de la adrenalina y satisfacción de lanzarse en un Canopy (ver artículo relacionado); una persona con temor a las ventas, prefiere procrastinar y dar 7 vueltas a la cuadra antes de pasar a hablar con un prospecto importante (por temor al fracaso o al rechazo); sin reconocer que este temor posiblemente le está privado de tener un gran éxito en su empresa o su empleo.
Este próximo febrero cumplo 40 años de edad y al inicio de este año dentro de mis diferentes propósitos, me propuse aprender a nadar. Siempre he sentido esas ganas de poder lanzarme en clavado a una piscina o simplemente relajarme flotando por un rato; sin embargo, tras casi 40 años de vida, nunca había pasado de mojarme un rato a la orilla o cuando mucho sumergir mi cabeza como para terminar de mojarme.
Cuando comencé mi carrera de Coach y Conferencista, hice un compromiso conmigo mismo y con mis clientes; me comprometí a compartir y enseñar no solo en base a los libros sino también a mi experiencia. Así lo he hecho y fue por esta razón que desde hace varios años comencé a correr; no por seguir una moda o por ver en cuanto tiempo llego a completar “algún día” una maratón, sino porque siempre he enseñado y creo firmemente que el liderazgo comienza dentro de uno mismo.
“No podemos esperar ser buenos líderes de familia, de un grupo social o en nuestro trabajo si no hemos aprendido a liderarnos a nosotros mismos.”
Así pues, con mi compromiso de este año, recientemente decidí confrontar un gran temor y precisamente vengo llegando de mi tercera clase de natación.
No les miento, en la primera clase ganó más mi temor que mi fuerza de voluntad pues aunque deseaba “soltarme” y comenzar a flotar (como muchos compañeros nuevos lograron hacerlo) lo cierto es que mi gran barrera limitante ese día no me dejó salir satisfecho.
No contento con ese resultado, durante toda la semana siguiente antes de la próxima clase, practiqué meditación, visualicé el resultado que deseaba obtener; en otras palabras, me dí a la tarea de “entrenar” mi subconsciente para confrontar de una vez por todas esa terrible barrera y disfrutar el dulce sabor del triunfo. Ese día salí radiante de alegría porque por primera vez en 40 años, había logrado flotar sin tan siquiera la ayuda de un flotador.
“Los grandes temores son un paradigma que tienes en tu mente subconsciente y que puedes reemplazar si te lo propones”
Hoy luego de mi tercera sesión, con mucha satisfacción puedo decirles que no hay nada mejor que confrontar tus temores. Hoy progresé mucho más, si bien aún me falta mucho por aprender, con mucho orgullo puedo decirle que no sentí temor de desplazarme a lo largo de la piscina (aun con ayuda de un flotador) pero aprendiendo las técnicas de respiración y demás.
Me encanta la forma en que Zig Ziglar describía el temor (en inglés) esta era su descripción: F.E.A.R (False Evidence Appearing Real) lo que significa (Falsa Evidencia que parece Real).
Que tan cierta esta definición; cuántas veces en las que hemos tenido el valor de confrontar algún temor nos hemos dado cuenta de que era totalmente infundado e irrealista. La mayoría de las veces sucede así pero no es sino hasta el momento en que decides tomar el control que logras adquirir la fuerza de voluntad para confrontarlo y conquistarlo.
“Una vez que confrontes un temor, éste comenzará a desaparecer.”
Hoy quiero invitarte a que te propongas confrontar un temor; en ti se encuentra el poder para lograrlo y una vez que lo hagas, tendrás un aprendizaje tan importante que podrás aplicar en cualquier campo en tu vida.
Cuéntame en el comentario, ¿Cuál es ese temor que no te has animado a confrontar?
Excelente artículo, me gustó la parte: “sin reconocer que este temor posiblemente le está privado de tener un gran éxito en su empresa o su empleo.”
Por ello voy a seguir tocando puertas de patrocinadores que no he tocado por temor al rechazo.
David, gracias por tu comentario. Cuéntanos cómo te va con los patrocinadores! Saludos y adelante!!!
Mi temor…. manejar . Aunque lo he tenido que hacer.
Gracias por el artículo : este miércoles renuevo mi licencia
Gracias por su comentario Olga. Teniendo presente que todo está en la mente, es posible llegar a conquistar esos temores y la mejor manera es precisamente en la práctica. Felicidades por decidir renovar su licencia. Saludos!