Para muchos es un lujo; para algunos es el nuevo nombre que le pusieron a los consultores y para otros es una gran necesidad que reditúa hasta en seis veces o más su inversión.
Esto es el coaching, despreciado por unos y adorado por otros pero inevitablemente una parte esencial del crecimiento personal y profesional en nuestros días.
Hace tan sólo unos días mientras tenía una conversación telefónica con un posible cliente, éste me preguntaba (en su proceso por evaluar si me concedía el beneficio de la duda o me descartaba de inmediato) la razón por la que dejé mi empleo anterior como gerente para la empresa multinacional en la que trabajaba; mi respuesta corta fue porque desde hacía algún tiempo venía planeando mi sueño de dedicarme a mi propia empresa trabajando en lo que me apasiona hacer…ayudar a otras personas a alcanzar sus sueños y convertirse en grandes líderes.
Reflexionando posteriormente sobre la misma pregunta me replanteé la consulta cuestionándome qué significa vivir mi sueño? ¿Realmente qué razones había detrás de dejar mi empleo y mi gran cheque mensual? y las respuestas surgieron de inmediato… desde entonces trabajo desde mi oficina en casa o en finos hoteles o simplemente tomándome un café en Starbucks y conozco gente nueva y fascinante a diario. Salgo a correr tres o cuatro veces a la semana y practico natación los domingos; llevo a mi hijo a sus clases de Yudo y a la escuela de fútbol los sábados. Los viernes por la tarde/noche son nuestros días de cine en casa y en familia. Cambié el estrés del día a día por meditación y lectura diaria, he mejorado mi salud (me despedí de la colitis) y en ocasiones me cuestiono si el espejo me engaña porque hasta veo menos canas 🙂
No quiero decir con esto que se acabaron mis problemas o que no sufro preocupaciones como las sufre toda persona…para nada!!! La gran diferencia es que precisamente el coaching (el que yo llevo con mis coaches) me ha permitido mantenerme constantemente en una zona de crecimiento. El coaching me ha ayudado a verdaderamente darle prioridad a las cosas que para mí son importantes y sobre todo me continúa ayudando a superar paradigmas y bloqueos mentales que en determinado momento me quieren paralizar y convencer de que esa meta que estoy imaginando no es posible.
Ésto mi estimado amigo lector es lo que logra el coaching; y es esto lo que logro hacer con mis clientes; les ayudo a descubrir sus verdaderos objetivos y les ayudo a lograrlos despertando en sí mismos la motivación de luchar por aquello que realmente desean; superando obstáculos, confrontando temores y aprendiendo de errores.
El mundo acelerado en el que vivimos y la recesión económica global han permitido que el coaching esté siendo aceptado como una necesidad para desarrollar carrera, ayudar a las organizaciones a llegar al siguiente nivel y alcanzar o superar sus expectativas; hacer más dinero o hasta para construir mejores relaciones.
Eric Schmidt (antiguo CEO de Google) dijo: “Todo el mundo necesita un coach“; el Harvard Business Review ha reportado que el coaching se ha convertido en una industria del billón de dólares anual y un estudio realizado por el “Manchester Consulting Group” a Ejecutivos de Fortune 100 reportó que el coaching resultó en un Retorno de Inversión (ROI por sus siglas en inglés) de casi seis veces el costo del programa además de grandes mejoras en relaciones, trabajo en equipo, satisfacción en el trabajo y calidad.
Es evidente que el coaching más que tan solo un lujo; hoy definitivamente es una necesidad para ayudarnos a superar los retos que vivimos cada día. Permítame ahora compartirle algunas verdades personales que he podido aprender y constatar a partir de mis coaches (porque todo buen coach tiene un coach) y de los cambios que han tenido mis coachees (así se llama en inglés a las personas que llevan un proceso de coaching; o sea mis clientes):
- El coaching te saca de la zona de confort; por eso es para personas comprometidas.
- El coaching reta y destroza tus creencias limitantes; por eso muchos lo evitan porque el proceso puede doler.
- El coaching te demuestra que el límite lo pones tu mismo/a.
- El coaching te lleva a alcanzar tus metas y crecer en el proceso.
- El coaching te ayuda a verdaderamente auto-conocerte.
En mi propio proceso de coaching he visto un crecimiento exponencialmente mayor al que había tenido en mis últimos años como empleado; no porque no existieran las herramientas para seguir creciendo sino porque no estaba retando mi mentalidad para alcanzar más de lo que mi razón creía posible. Ha sido gracias a mis coaches que he confrontado temores y me he animado a reinventarme para seguir creciendo.
Hoy día mi empresa ha evolucionado y conforme yo mismo he crecido, me he comprometido a crear un impacto mayor en mis clientes de coaching; es por eso que he cambiado mi proceso de selección de clientes y me comprometo a ayudar a las personas que cumplan con los siguientes criterios:
- Que tengan metas que los inspire.
- Que quieran crear un gran impacto…en sus vidas y en la de otros.
- Que tengan compromiso para ser consecuentes con sus acciones para alcanzar lo que desean.
- Que estén dispuestos a escuchar de mí como su coach lo que sus amigos o familia no se atreven a decirle.
- Que traigan verdaderos retos que nos obliguen a ambos a ir más allá de lo básico.
- Que sean determinados a seguir perseverando.
Todas las personas (o la mayoría al menos) tienen esperanza de un mejor futuro pero muy pocos desean aceptar el compromiso y esfuerzo para lograrlo.
“La esperanza es irrelevante. El coaching hace que el “milagro” ocurra.”
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Pregunta: ¿Cree usted que el coaching es un lujo o una necesidad?
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PS: Si desea experimentar una conversación de coaching profunda, contácteme y separaré para usted un espacio para que tenga una poderosa experiencia que cambie su vida. Después de eso usted podrá valorar si vale la inversión de tener un coach en su vida.
