Es impresionante la facilidad con la que nos hemos acostumbrado a crear excusas y lo peor es que mientras más las creamos, más llegamos a creerlas convirtiéndose éstas en un círculo vicioso que refuerza tu creencia llevándote a conformarte con menos por el simple hecho de no confrontar temores.
Cada día son más los ejemplos que encuentro en mi ejercicio de coach en donde escucho sueños truncados, proyectos detenidos y frustraciones acumuladas por permitir que ciertas creencias alimenten temores infundados.
No porque yo sea coach me excluyo de esta situación; todos tenemos temores que confrontar y decisiones importantes que tomar cada día las cuales muchas veces postergamos por no confrontar esos temores y es por ello que yo mismo tengo mi coach; precisamente porque a partir de un proceso que me permite elevar mi nivel de consciencia logro desarrollar el coraje para tomar ciertas decisiones incluso con temor pero convencido de que sólo así, saliéndome de mi zona de confort es que puede potenciar mi zona de crecimiento y alcanzar esas metas y sueños que tengo.
Personalmente vivo agradecido por la oportunidad que tengo cada día de ayudar a mis clientes a elevar su nivel de conciencia y darse cuenta de que vivimos en un mundo de abundancia…abundancia de recursos, abundancia de oportunidad y por qué no…hasta para los más escépticos…abundancia de dinero.
Nadie ha dicho que tener temores es malo; en realidad tener temores es natural y es humano. El problema no es el temor, el problema es no animarse a seguir adelante por temor a sufrir ante lo que nuestra mente nos hace creer que puede pasar y que de hecho es muy probable que no suceda. De ahí comienzan a surgir las excusas y éstas nos llevan a la inacción; y como es de esperarse, la falta de acción nos separa de aquello que tanto deseamos tener, alcanzar o ser.
Hagamos algo…sígueme en este pequeño ejercicio:
Si pudieras cambiar algo en tu vida en este momento que te ayudara a sentirte más feliz, ¿qué cambiarías?, ¿qué harías diferente?
Ahora toma papel y lápiz y escribe todas las razones por las cuales no has hecho ese “algo”, ¿cuales son las “razones” por las cuales no has tomado esa decisión o has hecho ese cambio?
¿Cuántas “razones” salieron en tu lista? ahora analízalas y pregúntate…¿Son realmente razones o son excusas?
Según lo arraigadas que estén tus creencias limitantes podrás seguir convenciéndote de que todas son razones válidas (no tengo dinero, no tengo tiempo, nadie me ayuda, tengo que graduarme primero, no tengo estudios, etc, etc) y ahí está la razón por la cual tener a un coach en nuestra vida es tan importante.
Verás, individualmente buscamos la forma más racional para justificar el porqué de nuestras acciones o falta de acción y no logramos confrontar y la mayoría de las veces ni siquiera ser conscientes de que estamos frente a una creencia limitante que ha sido programada en nuestro subconsciente desde hace mucho tiempo atrás (crees que el problema es el dinero, crees que el problema es la falta de tiempo, crees que el problema es que no has completado tus estudios, etc).
El coach es quien precisamente te lleva por un proceso por medio del cual logras confrontar esas supuestas razones, te ayuda a ser consciente de tus excusas, comprender por qué son excusas, crear nuevas opciones y por último te ayuda a comprometerte a tomar acción.
Cierro con una historia que ilustra cómo el temor muchas veces nos hace ver las cosas más graves de lo que en realidad son:
Cuenta la historia de un señor que cada día al volver del trabajo en autobús debía pasar frente a una casa en la cual siempre le salía un perro grande ladrándole y persiguiéndolo. Este señor prefería tomar otra ruta y caminar más con tal de evitar el susto y la carrera que tenía que pegarse cada vez que le aparecía y perseguía el perro. Un buen día, nuestro amigo cansado de estar huyendo de este perro decide confrontarlo y al venir de regreso del trabajo toma la decisión de juntar un ladrillo y pasar frente a la casa donde siempre sale el perro; totalmente decidido a que en cuanto el perro se le acercara le pegaría con el ladrillo.
Confrontando su gran temor de ser mordido por este perro, el señor emprende su camino con ladrillo en mano y como era de esperarse, el perro salió a su encuentro; decidido levanta el ladrillo y espera que se le acerque lo suficiente el perro como para pegarle cuando en ese preciso momento que lo tiene a la par, se da cuenta de que el perro no tenía dientes… inmediatamente soltó el ladrillo y espantó al perro para seguir su camino sonriendo y consternado al darse de cuenta de cuánto tiempo había estado huyendo de un perro que no podía hacerle daño.
¿De cuál “perro” has venido huyendo? ¿Cuánto tiempo piensas dejar pasar antes de confrontar tus temores y alcanzar lo que tanto anhelas? ¿Vives en un mundo de abundancia o en un mundo de carencia?
Si…
- Estás decidido/a a hacer un cambio radical en tu vida
- Estás dispuesto/a a invertir tiempo, compromiso y dinero para lograrlo
- Tienes un reto o meta lo suficientemente grande como para actuar con temor
Entonces…
- Llena esta pequeña encuesta y si calificas para nuestro exclusivo programa DeterminACCIÓN te estaremos contactando para coordinar una conversación poderosa de coaching y analizar la posibilidad de trabajar juntos para lograr tus metas, sueños, anhelos! #FearlessCoaching