En una de mis conferencias acerca del manejo de nuestra energía, normalmente le pregunto a los participantes si están de acuerdo en decir que nuestras acciones influencian nuestras emociones? o si solamente es conveniente decir que nuestras emociones influencian sobre nuestras acciones?
He tenido todo tipo de respuestas ante esta pregunta pero luego de ponerlos a hacer un breve ejercicio les ayudo a constatar que definitivamente nuestras acciones si tienen influencia en nuestras emociones por cuanto aquellas decisiones que tomemos independientemente de cómo nos sentimos son trascendentales para enfrentar nuestro día.
Hablando precisamente de esas decisiones que nos toca tomar a diario, les comparto esta reflexión que nos ayuda a cuestionarnos, ¿cómo estamos decidiendo enfrentar nuestro día?
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Cuenta la historia que un viejo indio estaba hablando con su nieto y le decía:
“Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión.”
Ante esto, el nieto le preguntó:
“Abuelo, ¿dime cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?”
El abuelo, sabiamente respondió:
“Aquel que yo alimente“
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Todos nosotros luchamos a diario para decidir a cual de esos dos lobos alimentar y claramente está en nuestro poder alimentar al violento y enojado o alimentar al compasivo y amoroso; la pregunta es, ¿a qué lobo estás alimentando tú?
Dice un poema que dos hombres estaban presos y mientras cumplían su condena, ambos miraban tras los barrotes; uno de ellos veía las estrellas mientras que el otro miraba el barro.
Hoy tienes el poder en tí de mirar las estrellas y alimentar al lobo que brinde amor y compasión a los demás; cuando lo hagas comprenderás que tus acciones influyen en tus emociones y con ello puedes lograr el cambio que quieres ver en el mundo.
Bendiciones!
